"Estaba allí, temblando de miedo. Y sentí un grito fuerte e infinito perforando la naturaleza". Estas frases tremendas nos hablan de una hipersensibilidad del autor que con la realización de este cuadro se convierte en altavoz de la angustia existencial que caracteriza el pensamiento contemporáneo en alguna de sus facetas.
Teniendo como antecedente lo anterior esta imagen logra generar en mí una serie de sensaciones y sentimientos que se combinan entre angustia, sorpresa y miedo, pues la expresión facial de la persona que está en el centro de la pintura logra que uno como espectador intente entender lo que en el momento Munch pensaba de la realidad.
La imagen hace que la mente evoque una serie de situaciones o momentos en los que se puede presentar este cuadro y así nos generemos una sensibilidad de lo que el arte ha querido expresar a través de sus épocas, una mirada a la realidad desde la percepción del autor.
Esta obra fue precedente e influencia directa del movimiento Expresionista que surgió en Alemania en 1905. Con las mismas inquietudes vitales y actitud ante la sociedad que tenía Munch, este grupo adoptó su estilo y lo convirtió en uno de los primeros movimientos vanguardistas del siglo XX. El artista expresionista veía la pintura como un medio de desahogo, de expresión del sufrimiento humano y de las injusticias sociales.